viernes, 14 de febrero de 2014

Los catastrofistas vuelven a la carga. Nada nuevo

Durante esta semana multitud de páginas web dedicadas al análisis de los mercados financieros se están haciendo eco de dos gráficos catastrofistas sobre la evolución actual del DOW Jones Industrial y la posibilidad de que estemos ante una corrección de grandes magnitudes en los mercados de renta variable. El primero está realizado por Thomas DeMark, fundador de Demark Analytics. En él se compara la evolución actual del Dow Jones con la del periodo 1928-1930 y se aprecia que las similitudes son evidentes.



Pero no se queda ahí la cosa, hay un segundo gráfico en el que Doug Wakefield presidente de Best Minds Inc., establece una estructura técnica de megáfono para el Dow Jones de Industriales, de las que nos quedaría finalizar la última onda bajista, lo que implica es que el mercado de valores estadounidense estaría cerca de iniciar un tramo bajista de enorme importancia.


Los alarmistas se están haciendo eco de estos dos gráficos y ya se están buscando las excusas que podrían propiciar la fuerte caída de las bolsas; que si la burbuja inmobiliaria en China, el posible impago de productos de alta rentabilidad también en China, los problemas de inflación y devaluaciones de las monedas emergentes, etc.…
No obstante, creo que ambos gráficos están sacados de contexto. En primer lugar, sólo utiliza el último año previo al crack del 29. Pero los años previos fueron totalmente distintos en la década de 1920 a la última década que estamos viviendo. En la actualidad, salvo los índices americanos y el Dax Alemán, todos los mercados de renta variable están por debajo de los máximos del año 2.000. En el siguiente gráfico se aprecia que en los años previos al Crack del 29, el Dow Jones había subido nada menos que un 500%, una tasa de crecimiento exponencial del 25% al año durante más de 8 años.


Nada que ver con la situación actual. Desde 2005, el DOW Jones ha subido un 60%, lo que significa una rentabilidad anualizada del 5.48%.


En cuanto al segundo gráfico que circula, preferimos utilizar el gráfico para el mismo plazo del S&P500, que es un indicador mucho más amplio de la situación de la renta variable no sólo norteamericana, sino global (500 valores en vez de 30). Es totalmente distinto. Lo que estamos viviendo desde el verano pasado es la ruptura del doble techo de largo plazo marcado en los máximos del año 2000 y 2007. Además, los mínimos de 2002 y 2009 también coinciden, por lo que desde el punto de vista técnico, estaríamos ante un canal lateral entre 800 y 1.600 puntos que al romperse al alza tendría como objetivo un rango de la misa amplitud, es decir, la zona de 2.400 puntos (1.600+800). Sólo un cierre por debajo de la zona de 1.570 puntos, que son los máximos de 2.000 y 2.007 le daría sentido a las teorías catastrofistas que circulan desde el punto de vista técnico.



Y si alguien quiere analizar el DOW Jones de largo plazo, pues miramos la evolución desde antes del crack del 29. Curiosamente lo que se aprecia es que estamos saliendo de más de 10 años de movimiento lateral que han servido para consolidar las fuertes subidas desde mínimos de los años 80. Curiosamente, la similitud es casi perfecta a lo ocurrido desde el 1.965 hasta el 1980.


Desde este punto de vista y puestos a encontrar similitudes, por qué no pensar que podemos estar en la misma situación que se encontraba el índice a principios de los 80, cuando se rompió al alza el lateral de 15 años. No obstante insisto en que el gráfico del S&P500 es más exacto y se aprecia de forma más clara lo comentado respecto al DOW Jones. Desde final del año pasado estamos superando el lateral de 14 años. Evidentemente puede acaecer una corrección, tal y como ocurrió en el 82 y que no fue más que un mero Pull back a la resistencia rota.  



Analizando este gráfico, se aprecia lo bien que ha funcionado la media móvil más corta para detectar las grandes caídas de la bolsa. Estamos ante un gráfico de velas trimestrales. Y la media es de 12 trimestres (3 años). Si ampliamos el gráfico desde 1982 se aprecia cómo ha servido de apoyo en toda la subida hasta el año 2000. Marzo de 2.003 fue el primer cierre por debajo y generó la corrección de las punto com, y marzo de 2008 fue otro corto a la baja que generó corrección de la crisis de Lehman. Sin el gráfico semanal decíamos que mientras no se pierdan los máximos de 2.000 y 2.007 el S&P500 es claramente alcista, la citada media pasa por 1.490 puntos, y se ha demostrado que predice con mucho acierto las caídas bursátiles.



Por tanto, mientras más catastrofistas haya, significará que los pequeños inversores aún no están participando de la fiesta bursátil, lo que desde el punto de vista de la opinión contraria, seguiría alimentando la subida de las bolsas. Además, algunos hablan de que la bolsa está cara en función de los Per estimados. Tal y como hemos comentado en alguna ocasión, no es lo mismo un Per de 12 cuando la rentabilidad el bono está al 5% que cuando está al 2%. Se suele comparar el inverso del PER frente a la rentabilidad del activo sin riesgo. El PER estimado a 2015 del S&P500 es de 12.5X (Se esperan BPA de 145 puntos frente a los 120 de 2013). Pues 1/12.5 es un 8% de rentabilidad, que se traduce en un 5.5% más que el bono americano que ronda el 2,5%.

De poco valen las comparaciones. Siguiendo esta regla, en el año 2003 (último arranque alcista de la bolsa) el bono a 10 años estaba al 5%, que si le sumamos otro 5.5% estaríamos hablando de exigirle a la renta variable una rentabilidad del 10.5% equivalente a un PER de 9.5x. En definitiva que a los tipos actuales en mínimos históricos, el per estimado de 12.5x es igual que caro que un per estimado de 9.5x hace 10 años.

Y por último, hablando de burbujas y activos que no paran de subir, y que podrían estallar en cualquier momento, deberíamos analizar el gráfico de la evolución de la tir del bono americano a 10 años. Entre Greenspan, Bernanke y ahora Yellen, lo han llevado desde el 16% hasta niveles del 1.5% el verano pasado. En el siguiente gráfico se analiza la evolución de la tir de este bono, y recordemos que el precio responde de forma inversa, por lo que todo aquel que haya comprado bonos en los últimos 30 años no ha parado de ganar dinero y los precios estarían en máximos históricos.  


Por tanto, creo que los gráficos que circulan son simplemente es una inquietante curiosidad. Pero nada perdemos por estar atentos a si ambos gráficos siguen calcando su comportamiento. De momento ya sabemos los niveles que el S&P500 no debería perder. Algo es algo.



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